mercredi 2 juillet 2008

¿Puede Argentina aprender de Brasil?


Joaquín Mirkin
¿Cómo se explica que, ante a un mundo de alimentos y commodities caros, dos países agroexportadores repletos de recursos naturales como Brasil y Argentina tengan resultados económicos y empresariales tan diferentes?

(Desde Madrid) LA REVISTA THE ECONOMIST RESPONDÍA a este interrogante con inteligencia ilustrando el cuento de la carrera entre la liebre y la tortuga: la liebre (Argentina) corría tan deprisa que terminaba cayéndose por el precipicio. La tortuga (Brasil) avanzaba lentamente, poco a poco, pero a paso firme y seguro.

Esto es lo que ha ocurrido desde el triunfo de Néstor Kirchner y Lula Da Silva en 2003: Argentina ha crecido a tasas asiáticas, a una media del 8-9 por ciento del PIB. Brasil, en cambio, lo ha hecho muy por debajo el 4-5 por ciento, pero atrayendo inversión extranjera, y controlando la inflación.

“Ambos países se benefician de la nueva era de los commodities caros, pero Brasil está aprovechando mucho más el nuevo contexto económico global”

La previsión es que Brasil crezca este año un 4,8 por ciento, mientras que Argentina lo hará a un 6 por ciento, pero con una importante salvedad: mientras la inflación real en Argentina alcanza el 30 por ciento anual (según los analistas argentinos más prestigiosos, pero es de un 10 por ciento de acuerdo con las estadísticas oficiales del Indec, el Instituto Nacional de Estadística), en Brasil, la inflación real rozará el 4 por ciento anual. Mientras en Brasil, las empresas se internacionalizan y ganan mercados, se reduce la pobreza y se incorpora a millones de personas a la clase media, en Argentina se vive un conflicto entre el sector agroexportador y el gobierno central que lleva ya más de 100 días y la pobreza aumenta.

BRASIL APROVECHA LA OPORTUNIDAD

“Argentina sigue retenida en el pasado, sin encontrar el equilibrio y huérfana de canales institucionales efectivos para resolver sus conflictos”

Mi opinión es la siguiente: los dos países se benefician de la nueva era de los commodities caros, pero Brasil está aprovechando mucho más que Argentina el nuevo contexto económico global, que llegó para quedarse por un buen tiempo.

Está claro que Lula tiene una estrategia de crecimiento que busca transformar a Brasil en una potencia política, económica y empresarial a nivel internacional a medio y largo plazo, lo que otorga mayor previsibilidad al país, mientras que Argentina sigue retenida en el pasado, sin poder encontrar el equilibrio y es huérfana de canales institucionales efectivos para resolver sus conflictos, desaprovechando la enésima oportunidad.

“La deuda neta de Brasil está pagada y tiene amplio acceso a los mercados de capitales internacionales”

Así lo demuestran los más de 100 días que lleva el enfrenamiento entre el campo y el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, un hecho que ha dejado atónitos a los medios más prestigiosos del mundo que cubren el (innecesario) conflicto, incapaces de entender qué es lo que sucede en el país austral, donde el sector agroexportador es uno de los más competitivos del mundo, pero el país pierde mercados.

Argentina, por su activo humano altamente capacitado y por sus recursos naturales, debería estar hoy mucho mejor que Brasil, o, incluso, que Chile; debería ser la Australia del cono sur.

LOS FRUTOS DEL EQUILIBRIO

Brasil acaba de recibir el investment grade para sus emisiones de divisas, según Standard & Poor´s. La agencia Fitch subió la calificación de crédito de Brasil un escalón, a BBB-, desde BB+.

“El Real se ha valorizado como resultado de la lluvia de dólares en inversión extranjera directa y en exportaciones de commodities”

Para los analistas en São Paulo, la clave ha estado en las reformas financieras. Brasil ha otorgado independencia a su banco central, dejando que el tipo de cambio flote de acuerdo a las leyes del mercado para ubicarse hoy en el 1,60 Reales por dólares estadounidenses. El Banco Central de Brasil, a diferencia del argentino, no regula los mercados de divisas de forma arbitraria, y la prueba está en que el Real se ha valorizado, pese a la resistencia de los industriales, y lo ha hecho como resultado de la lluvia de dólares en inversión extranjera directa y en exportaciones de commodities que está viviendo el país.

Argentina, en cambio, ha seguido una política económica menos ortodoxa que ha servido, desde mi punto de vista, para recuperar al país de la crisis de 2001-2002, pero que no puede ser eterna.

“Según el gobierno argentino, las retenciones a las exportaciones le han permitido mantener su superávit y distribuir el ingreso. Pero esto no es del todo cierto”

Cristina Fernández de Kirchner debe imprimir un cambio de rumbo urgente, priorizando en la institucionalidad y en la sostenibilidad del crecimiento, ofreciendo una mayor seguridad jurídica a las inversiones. Pero la pretensión de aumentar aún más la recaudación a través de retenciones móviles a las exportaciones ha desatado una ola de protestas que ha puesto en cuestionamiento el modelo económico kirchnerista en su conjunto, con una inflación, siempre regresiva, que se desborda y afecta a los más pobres.

El Banco Central de Argentina ha estado comprando dólares para mantener su valor por encima de los 3 pesos argentinos por dólar y ganar de este modo competitividad. Se trata de unos de los pocos países del mundo, si no el único, donde el dólar tiene un alto valor. De este modo, y gracias a la subida espectacular de los commodities, Argentina ha crecido a tasas asiáticas, con altos niveles de consumo interno. Según el gobierno argentino, las retenciones a las exportaciones le han permitido mantener su superávit y distribuir el ingreso. Pero esto no es del todo cierto.

LAS EMPRESAS BRASILERAS SE INTERNACIONALIZAN

“Brasil ha recibido 35 mil millones de dólares de inversión extranjera directa en 2007; Argentina, 5 mil millones, detrás de Chile, que recibió el triple”

Brasil, con un esquema más ortodoxo y austero de control del gasto público, y de fuerte apoyo a sus empresas, sin retenciones, ha logrado reducir la pobreza, con políticas económicas que han apostado por el crecimiento lento, pero seguro. De este modo, el país se ha ganado la confianza del mundo entero y ha mejorado su reputación internacional. Argentina ha seguido un camino inverso y está pagando el precio.

Los hechos hablan por sí solos: Brasil ha recibido 35 mil millones de dólares de inversión extranjera directa durante 2007, según datos de la Cepal; Argentina, 5 mil millones, muy por detrás de Chile, que recibió el triple: 15 mil millones de dólares. El mercado premia la previsibilidad.

Brasil cuenta con escala, y con empresas fuertes y competitivas, que se internacionalizan con el apoyo del Banco de Desarrollo.

“Pocas empresas argentinas buscan ser multilatinas. En cambio, una decena de brasileras cuentan ya con operaciones globales” y ganan mercados en todo el mundo, como Embraer (Defensa), Petrobras (Petrolera), Marfrig (Frigoríficos), Sadia (Alimentación), Vale de Rio Doce (Minería). Embraer, por ejemplo, construye aviones en China y vende a todo el mundo. Petrobras acaba de realizar uno de los mayores descubrimientos de petróleo offshore, a unos 275 kilómetros de la costa de São Paulo, y se ha transformado en la petrolera más eficiente en exploraciones marítimas, gracias a la inversión en tecnología. El grupo brasilero Marfrig compró hace pocos meses 8 frigoríficos en Argentina y 4 en Uruguay, incluyendo los de Quickfood. Marfrig se ha transformado en el cuarto frigorífico del mundo, y acaba de comprar el grupo OSI (proveedor de McDonald’s) por 680 millones de dólares para nuevas operaciones en Brasil y en ciertos países de Europa, con lo que su facturación pasaría de 3 mil millones de dólares a 5 mil millones. “En Argentina la inflación desbordada afecta a los más necesitados” Se trata de un claro ejemplo de internacionalización de empresas en áreas competitivas.

Se calcula que desde 2002 Brasil ha invertido más de 8.000 millones de dólares en empresas argentinas de calzado, textiles, alimentos, construcción, petróleo y bebidas. Cervecería Quilmes, Perez Companc, Loma Negra (Cemento), Acindar (Acero), Alpargatas, Quickfood y Swift Armour, entre otras, son hoy brasileras. Salvo el grupo Techint (construcción e infraestructuras) y Arcor (alimentación), pocas empresas argentinas buscan ser multilatinas. En cambio, una decena de empresas brasileras cuentan ya con operaciones globales.

EL PRINCIPAL PROBLEMA SE LLAMA INFLACIÓN

Sin duda, la pobreza y la distribución del ingreso son muy graves en ambos países, y lo son en mayor medida en Brasil. Pero Brasil está dando respuestas más eficaces y aprovecha la oportunidad con inteligencia. El principal problema que enfrenta hoy la región se llama inflación, siempre regresiva y que afecta a los más pobres.

“Brasil incorporó más de 40 millones de personas a las clases medias, en el periodo 2000-2005″

Es interesante observar cómo los países gobernados por izquierdas más pragmáticas, como Brasil, Chile y Perú, tienen una inflación baja, más o menos controlada, mientras que las izquierdas populistas enfrentan serios problemas de alza de precios.

Si bien Argentina ha reducido espectacularmente la pobreza desde la crisis de 2001-2002, la inflación desbordada afecta hoy a los más necesitados y retrotrae el numero de pobres al 30 por ciento, aunque no hay cifras fidedignas al respecto.

Según estimaciones de la consultora McKinsey, Brasil incorporó más de 40 millones de personas a las clases medias, en el periodo 2000-2005, sacando de la pobreza a unas 8 millones de familias de la pobreza, gracias a políticas integrales acertadas.

LA GRANJA DEL MUNDO

“Emilio Botín: Lula nos ha enseñado que el éxito también puede ser latinoamericano”

José Juan Ruiz Gómez, economista jefe y director de estrategia de la división América del Grupo Santander, dice que Brasil no es la revolución, pero da resultados: Brasil ha logrado un espectacular despegue de su economía, la confianza del capital internacional y un protagonismo creciente de sus empresas en el mundo.

Michael Redi, editor para las Americas de The Economist, afirma que China es hoy el taller del mundo, India su oficina, y Brasil es la granja del mundo… Pero, ¿y Argentina?

En su última visita a Madrid, Lula estaba feliz. Emilio Botín, presidente del Grupo Santander, fue muy claro, y afirmó: Lula nos ha enseñado que el éxito también puede ser latinoamericano. Yo me pregunto con envidia: ¿Por qué el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner no acierta en el rumbo como lo está haciendo Lula en Brasil?

Sobre el autor
Joaquín Mirkin

Director Ejecutivo de la Fundación Safe Democracy. Es experto en Comunicación Política e Institucional. Licenciado en Ciencia Política por la Universidad de Buenos Aires, ha realizado un Master en Relaciones Internacionales y Comunicación en la Universidad Complutense de Madrid y otro Master en Comunicación Política e Institucional del Instituto Ortega y Gasset de Madrid. Ha trabajado los últimos 9 años en Periodismo (en el diario Página/12 de Buenos Aires), en Comunicación y Relaciones Institucionales, con énfasis en la construcción de comunidades. Reside desde hace seis años en Madrid.

Fonte
http://spanish.safe-democracy.org/2008/06/25/el-exito-tambien-puede-ser-latinoamericano/

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